hay momentos en que la rutina es sacudida, violentamente, por sucesos coñazo. y hay momentos en que una no está depre pero tampoco famosa. otros hay también en que me pregunto a cuento de qué estoy aqui hablando al espacio - más sóla que la una. la verdad es que el motivo para empezar era débil y la(s) razón(es) para no seguir se mantienen: encuanto las conversaciones, las llamadas telefónicas, las tertúlias, cenas y paseos con los amigos sigan existiendo, no siento necesidad de exprimirme aqui. me gustan los ojos de la gente, los rictus faciales son necesarios , el lenguaje corporal me es indispensable, la gente no me ocupa mucho tiempo, me merece la pena. se despide una, de nadie